24.12.07

¡Es la plusvalía, estúpido!

"creo que los medios ocupan hoy en la región un lugar que antes ocupaban otros sectores respecto de ser los que tratan de condicionar a los gobiernos de signos políticos populares democráticos"
Cristina Fernandez de Kirchner

Joaquín Morales Solá suele hacer malabares que lo llevan de lamentar el maltrato a la prensa por parte de los K a admitir que "No hubo en su mandato ningún acto institucional (persecusión policial, decreto o proyecto de ley) que afectara directamente a la liberad de prensa", si bien acto seguido, en el mismo párrafo, parece mostrar cuál es el motivo de tanto celo en la defensa de la libertad de prensa: "Sólo les aplicó su código inmodificable: el dinero de la publicidad oficial es nada más que para los amigos".
Pero esa es la capa superficial, nomás. El trasfondo profundo de esos choques pasa por otra parte. Como el mismo JMS decía hace ya tiempo, "El problema consiste en que la prensa se le mete en el medio. [Kirchner,]Innecesariamente, ha decidido competir con el periodismo por el control de la opinión pública. Ese es el conflicto de fondo"
¿Y a qué obedecerá tan aguerrida defensa del control de la opinión pública por parte de este heróico "periodista"? Bueno, cierta pista nos dá por acá: "Kirchner es un hombre de tácticas cortas; la estrategia es casi un naufragio del tiempo para él. Un hombre tan apegado a la conducción personal no podía dejar vigente en el país la ley de la oferta y la demanda. La derogó de hecho. Es el Estado, según él y algunos de sus asesores, el que debe fijar la renta justa del capital y distribuir la plusvalía. El método requiere de un cambio constante de las reglas del juego y compromete la seguridad jurídica. Perjudica, sin duda, las inversiones, pero eso refiere ya a la evanescente estrategia".
O sea que todo se reduce a la defensa de la plusvalia de su empleador o habilitante, un matutino que integra el grupo de empresas que en conjunto factura 200.000 millones de pesos y en cuya principal organización funge como vocal su patrón Julio César Saguier.
Esto, amigos, es todo. Nada más ni nada menos.