20.1.09

Exterminios...

21.3.08

¿Qué me querés decir?

Hace un tiempo atrás, leyendo blogs interesantes, me encontré con una palabreja de moda y uso cotidiano entre "politólogos" y "cientistas sociales" (algún que otro blog, un libro de Borón): clivaje. Después de semanas y meses de toparme con ella, decidí averiguar de qué venía el término (si, soy jovato y medio ignorante de las corrientes de moda...) y hete aquí que el tan traído y llevado término es una castellanización del muy francés "clivage" que significa, lisa y llanamente, "división". Esta semana me topé con un jugoso ensayo que no conocía, que me aclaró el asunto. Dice el mismo en uno de sus párrafos:

Se usan palabras y expresiones extranjeras, como cul de sac, ancien régime, deus ex machina, mutatis mutandis, statu quo, Gleichschaltung, Weltanschauung para dar un aire de cultura y elegancia. Salvo las abreviaturas útiles i.e., e.g. y etc., no hay ninguna necesidad real de los centenares de locuciones extranjeras que hoy son corrientes en el lenguaje inglés. Los malos escritores, en especial los escritores científicos, políticos y sociológicos, casi siempre están obsesionados por la idea de que las palabras latinas o griegas son más grandiosas que las sajonas


Sustituya el lector "sajonas" por "castellanas", "inglés" por "castellano" y algunos de los vocablos por otros de uso frecuente en esta época y la crítica no pierde un ápice de su fuerza. Me viene ahora a la memoria el uso de latinazgos en el mundo económico, pongamoslé...
Y para ir terminando, un párrafo que me hubiera gustado escribir cuando leí la entrada de La Barbarie acerca de la supuesta diferenciación entre el neologismo " facho" y una acusación formal de fascismo:

Se abusa asimismo de muchos términos políticos. El término fascismo hoy no tiene ningún significado excepto en cuanto significa «algo no deseable». Las palabras democracia, socialismo, libertad, patriótico, realista, justicia tienen varios significados diferentes que no se pueden reconciliar entre sí. En el caso de una palabra como democracia, no sólo no hay una definición aceptada sino que el esfuerzo por encontrarle una choca con la oposición de todos los bandos. Se piensa casi universalmente que cuando llamamos democrático a un país lo estamos elogiando; por ello, los defensores de cualquier tipo de régimen afirman que es una democracia, y temen que tengan que dejar de usar esa palabra si se le da un claro significado. Las palabras de este tipo se emplean a menudo de forma deliberadamente deshonesta. Es decir, la persona que las usa tiene su propia definición privada, pero permite que su oyente piense que quiere decir algo bastante diferente. Declaraciones como «El Mariscal Pétain era un verdadero patriota», «La prensa soviética es la más libre del mundo», «La Iglesia Católica se opone a la persecución» casi siempre tienen la intención de engañar. Otras palabras que se emplean con significados variables, en la mayoría de los casos con mayor o menor deshonestidad son: clase, totalitario, ciencia, progresista, reaccionario, burgués, igualdad.

Es que, como sostiene en otro párrafo:
O el escritor tiene un significado y no puede expresarlo o dice inadvertidamente otra cosa o le es casi indiferente que sus palabras tengan o no significado. Esta mezcla de vaguedad y pura incompetencia es la característica más notoria de la prosa inglesa moderna y en particular de toda clase de escritos políticos. Tan pronto se tocan ciertos asuntos, lo concreto se disuelve en lo abstracto y nadie parece capaz de emplear giros del lenguaje que no sean trillados: la prosa emplea menos y menos palabras elegidas a causa de su significado y más y más expresiones unidas como las secciones de un gallinero prefabricado.

Como para ir abriendo el debate sobre qué decimos cuando decimos lo que decimos...

22.1.08

La política del miedo no sirve

El periodista Oscar Raúl Cardozo asumió autocríticamente -Clarín del 12 de enero- errores cometidos por él al desarrollar hipótesis no correctas relacionadas con Chavez y las secuestradas colombianas. Dice que
Aquí se impone una aclaración: los periodistas nunca terminamos de aprender lo riesgoso que es poner en marcha la lengua frente a un micrófono o los dedos sobre el teclado sin antes encender las neuronas. Y también tenemos la costumbre no muy honesta de intentar “contar las costillas” en las osamentas de otros, siempre pretendiendo que no sabemos cuántas tiene la propia.
Bienvenida esta postura independiente. Sería encomiable que sus colegas se contagiasen de esta franqueza y comenzaran a ejercer con objetividad el rol de informar.

Esto es válido también para los dirigentes políticos que nos quieren vender gato por liebre, presentándonos a EE.UU. como si fuera el país ejemplar. No les vendría mal pegarle una leída a Madeleine Albraight, ex secretaria de Estado norteamericana, quien en la misma página, en una nota con el sugestivo título de "La política del miedo no sirve", señala entre otras cosas que (las negritas son del original):
La Casa Blanca nos exhortó a adoptar una cultura del miedo que comprimió nuestra política exterior.
y agrega más adelante:
Creo que Estados Unidos sigue siendo el mejor país del mundo, pero también creo que hemos desarrollado una peligrosa falta de conciencia de nosotros mismos. Nada de armas nucleares, decimos, cuando poseemos el arsenal más grande del mundo. Respetar la ley, exigimos, a la vez que ignoramos las Convenciones de Ginebra. Están con nosotros o en contra de nosotros, declaramos, cuando en realidad ignoramos el impacto de nuestras acciones en Turquía y Oriente Medio. No injerencia en Irak, advertimos, con nuestras tropas ocupando Bagdad. Cuidado, fuerzas armadas chinas, gritamos, mientras gastamos tanto en defensa como todo el resto del mundo junto. Hay que honrar el futuro, predicamos, y al mismo tiempo somos desertores en materia de cambio climático.

16.1.08

¿No nos une el amor sino el espanto?

Aparente defensora de la ética y la moral si las hay, la Carrió cuenta como una de sus aliadas más expuestass mediáticamente a Patricia Bullrich Luro Pueyrredón, ex ministra con una causa abierta... por denuncia de la misma Carrió.

La denuncia judicial fue presentada por Carrió, Graciela Ocaña (hoy en el gobierno en el Pami y próximamente ministra de Salud), Mario Cafiero (alejado del ARI) y el ya fallecido Alfredo Bravo, con el patrocinio del abogado José
Luis Fabris, en contra de la decisión del entonces presidente De la Rúa de
intercambiar los bonos del denominado “megacanje” –una operación que se concretó entre mayo y junio de 2001- por préstamos garantizados, en noviembre de ese crítico año.

Consultados por La Política Online, Mario Cafiero y el abogado José Luis Fabris confirmaron que la causa sigue su curso, lo que no pareció ser impedimento para que Carrió sellase su acuerdo electoral con Bullrich. “Ningún ministro que firmó podía ignorar las implicancias del decreto de necesidad y urgencia”, explicó Fabris.
El letrado agregó que Cavallo se vio obligado a impulsar la firma del decreto al no poder incluir en los denominados “superpoderes” la facultad de utilizar la recaudación fiscal para el pago de la deuda pública. En esa línea, calificó de “megaestafa” los préstamos garantizados por tratarse de “contratos que duran 30 años, y que si por alguna razón dejan de ser pagados obligan al deudor (en este caso el Estado nacional) a pagar la totalidad del bono originalmente canjeado”.

Una prueba más, si era necesario, de que la Carrió representa acabadamente a la derecha local.
Es probable que si se la consulta al respecto, diga como cierto cuadro de la derecha norteamericana ¨Si, la Bullrich es una XXXX , pero es nuestra XXXX¨.

2.1.08

Arrepentimientos

Allá en los albores de la democracia, cuando todavía el Partido Militar confiaba en zafar de lo que vino luego con Kirchner y ocultaba su impunidad tras los pliegues seudocristianos de un perdón sin arrepentimiento, en una sonada puesta en escena televisiva don Mariano Grondona hizo un público arrepentimiento de su adscripción al golpismo.
Pero hete aquí que a fin del año que acaba de terminar, se despachó en su columna habitual de "La Patria", como le gusta llamarla a Homoeconómicus, con lo siguiente:

"La estrategia kirchnerista del poder total es más sutil pero tiene, también, su lado oscuro. Ocurre que aquí, a la inversa que en Venezuela, no cuentan los militares. El propio Kirchner se encargó de asegurarlo con una purga nunca vista a pocas horas de asumir. ¿Qué pasaría entonces si en alguna crisis, viéndose perdida, el ala "ultra" del kirchnerismo intentara un asalto directo al poder? ¿Quiénes la contendrían? Sin Fuerzas Armadas a la vista, sólo quedarían con las armas en la mano esos piqueteros a los que Chávez no ha hecho otra cosa que financiar."
Nada sorprendente, ya que este letrista vocacional de varias bandas adictas al metal (al vil metal...) que fue dirigente estudiantil, militante de la Acción Católica, seminarista, abogado, aspirante a periodista, columnista, golpista, político, funcionario del Ministerio del Interior, propagandista, profesor de la Escuela Superior de Guerra, asesor militar, planificador de la política exterior argentina, hombre de la televisión, coequiper de Bernardo Neustadt, asesor de la Fuerza Aérea durante la última dictadura, defensor apasionado del dúo Videla-Martínez de Hoz, analista favorito en la Embajada de los Estados Unidos en Buenos Aires, empleado jerárquico de la familia Somoza, frustrado miembro del directorio de un banco, profesor visitante en Harvard, selló esos lazos con un matrimonio de conveniencia comercial entre su hijo y el de Martinez de Hoz que suele representar a lo más granado del capital concentrado y foráneo, como puede verse aquí.
A la hora de elegir bando no se equivoca, y sería conveniente tomar nota de que ya se arrepintió de haberse arrepentido.

24.12.07

¡Es la plusvalía, estúpido!

"creo que los medios ocupan hoy en la región un lugar que antes ocupaban otros sectores respecto de ser los que tratan de condicionar a los gobiernos de signos políticos populares democráticos"
Cristina Fernandez de Kirchner

Joaquín Morales Solá suele hacer malabares que lo llevan de lamentar el maltrato a la prensa por parte de los K a admitir que "No hubo en su mandato ningún acto institucional (persecusión policial, decreto o proyecto de ley) que afectara directamente a la liberad de prensa", si bien acto seguido, en el mismo párrafo, parece mostrar cuál es el motivo de tanto celo en la defensa de la libertad de prensa: "Sólo les aplicó su código inmodificable: el dinero de la publicidad oficial es nada más que para los amigos".
Pero esa es la capa superficial, nomás. El trasfondo profundo de esos choques pasa por otra parte. Como el mismo JMS decía hace ya tiempo, "El problema consiste en que la prensa se le mete en el medio. [Kirchner,]Innecesariamente, ha decidido competir con el periodismo por el control de la opinión pública. Ese es el conflicto de fondo"
¿Y a qué obedecerá tan aguerrida defensa del control de la opinión pública por parte de este heróico "periodista"? Bueno, cierta pista nos dá por acá: "Kirchner es un hombre de tácticas cortas; la estrategia es casi un naufragio del tiempo para él. Un hombre tan apegado a la conducción personal no podía dejar vigente en el país la ley de la oferta y la demanda. La derogó de hecho. Es el Estado, según él y algunos de sus asesores, el que debe fijar la renta justa del capital y distribuir la plusvalía. El método requiere de un cambio constante de las reglas del juego y compromete la seguridad jurídica. Perjudica, sin duda, las inversiones, pero eso refiere ya a la evanescente estrategia".
O sea que todo se reduce a la defensa de la plusvalia de su empleador o habilitante, un matutino que integra el grupo de empresas que en conjunto factura 200.000 millones de pesos y en cuya principal organización funge como vocal su patrón Julio César Saguier.
Esto, amigos, es todo. Nada más ni nada menos.

1.12.07

La victoria contundente de Cristina Fernández de Kirchner con el 45,29% de los votos y más de 22 puntos de ventaja sobre el segundo, expresa el respaldo mayoritario de los sectores asalariados, de los profesionales, de la pequeña y mediana industria, de la clase media y baja como así de las capas más empobrecidas de la sociedad que sufrieron en carne propia las políticas socio-económicas de la década del 90 y principios del 2000. Es un voto de confianza a lo realizado hasta ahora, pero fundamentalmente es una exigencia esperanzada de profundización de medidas que tiendan a una mejor redistribución del ingreso y a seguir bajando los índices de pobreza a través de trabajo para todos.
Claro, cumplir con estas exigencias no es gratutito. Parece comprenderlo la presidenta electa cuando dice (la bastardilla es nuestra):
No me parece representativo, ni democrático, ni republicano intentar representar al cien por ciento. Es una de las principales cuestiones que se están planteando en Europa, la indiferenciación de proyectos incide en el desapego a la política. (…) Institucionalmente represento a todos los argentinos, soy la presidente, es claro. Pero no voy a poder representar “lo que todos quieren” porque la representación de intereses no es lo mismo que la institucional. Sobre todo en economía, las decisiones en economía no son neutras. (…) Lo que tengo que buscar son las decisiones para que la mayoría de los argentinos viva mejor porque, en definitiva, también los demás recibirán beneficios en otros aspectos, por ejemplo en la calidad de vida. La modificación de la distribución del ingreso puede restarles algo pero les conviene vivir en una sociedad integrada, sin ghettos.